El misterioso caso del plato que se movió solo

Por Enrique

Una cierta noche, estaba preparando unos huevos revueltos para cenar. Cuando estuvieron listos, me dí cuenta que no tenía un plato limpio. De inmediato lavé uno y le pasé una servilleta en parte donde se coloca la comida, para remover un poco del agua de la lavada. Todavía goteando, puse el plato en la mesa sin mantel. Tomé el sartén y serví la comida caliente en el plato. Cuando ya estaba sentado con el tenedor en la mano para probar el primer bocado, ¡el plato se desliza sobre la mesa! Con un movimiento suave y sutil, el plato con todo y comida se aleja de mí. Fue una distancia de un centímetro, más o menos. Incrédulo y dudando lo que creí ver, el plato se movió otro poquito más en la misma dirección. Tanta sincronía tuvo el plato que hasta me dio la impresión de que huía del tenedor en mi mano. Confieso que por un momento me asusté. Se supone que los platos no se mueven solos sobre la mesa. Después del sustito inicial y de adoptar la postura racional que desecha las explicaciones que involucran fantasmas, espíritus y poderes ocultos de la mente, no fue difícil averiguar lo que había sucedido.

Pues bien, la explicación es sencilla. El plato aun estaba mojado en la parte inferior cuando lo puse sobre la mesa. Al poner la comida caliente en el plato, el calor elevó la temperatura del aire que quedó atrapado entre la mesa y el plato, pues éste tiene una protuberancia circular que es la que toca la mesa. Al elevar la temperatura del aire atrapado, la presión aumentó al punto que pudo mover el plato deslizándolo sobre la mesa. A esa presión habría que agregar también la contribución de un poco de agua evaporada de la superficie inferior, por la misma acción del calor de la comida.

Para darle más validez a una explicación de este tipo, podemos hacer un cálculo aproximado, una back-of-the-envelop calculation. La idea es que la energía transferida al aire atrapadado debajo del plato sea mayor que el trabajo necesario para deslizar el plato sobre la mesa. El trabajo lo calculamos como el producto de la fuerza de fricción y la distancia recorrida. Asumiendo un coeficiente de fricción de 0.5, que la masa del plato con comida sea 0.5 Kg y la distancia que se desliza sea 1 cm, el trabajo necesario es aproximadamente 0.024 Joules. Ahora calculamos el aumento en energía interna del aire atrapado debajo del plato debido al calor recibido por la comida. El aumento de energía es igual al producto entre la capacidad calorífica del aire a volumen constante (1297 J/m^3 K) por el volumen de aire (suponiendo que la cavidad sea un cilindro de 5 cm de radio y 0.25 cm de altura) por el cambio de temperatura (si la temperatura ambiente es 25 Celcius y que la comida haya estado a unos 50 Celcius) que sería unos 25 Celcius. Todo esto nos dice que la energía transferida es aproximadamente 6.4 Joules. Esta energía es mas de 100 veces mayor de lo que se necesita para deslizar el plato sobre la mesa. Así que en principio, la explicación del problema es plausible.

Después de este episodio me quedé pensando un poco. Me pregunto ¿cuántas historias de cosas anormales han surgido por fenómenos naturales cuya explicación no es obvia y si es obvia no se tiene el conocimiento para atar los cabos sueltos? Muchas veces resulta más fácil creer en lo desconocido (lo que sea que eso signifique) en lugar de aceptar nuestra ignorancia. Esto me recordó lo que Feynman dijo una vez en una entrevista y en lo cuál estoy de acuerdo: «…es mucho más interesante vivir sin saber que vivir con respuestas que pueden estar equivocadas». Aquí les dejo el pensamiento completo:

Esta entrada fue publicada en Ciencia y Sociedad, Física y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

12 respuestas a El misterioso caso del plato que se movió solo

  1. Nicky dijo:

    Me acaba de pasar y tuve que buscar en internet alguna explicación científica. Aplica si mi plato estaba recién salido de la nevera? Se movió 2 veces como 1 cm

  2. Lupita dijo:

    Igual a mi, mi plato se movió literal, paro y dio vuelta!

    • Argemiro dijo:

      A.mi paso lo mismo cuando.me sirvieron un café en leche, posillo grande y lleno, con su respectivo plato, y se deslizó hacia mi, aproximadamente 10.centimetros, pensé en un momento que la mesa de vidrio estaba inclinada o húmeda,

  3. Juan David restrepo dijo:

    me pasó exactamente lo mismo, el plato se movió en diferentes direcciones raro no

  4. Nancy dijo:

    Me gusta que la ciencia sea capaz de explicar, de controlar, de demostrar. Y me gusta que hayan situaciones que aún no tienen explicación (y que algún día la tendrán, sin duda), ese campo en medio le da rienda suelta a la imaginación.

  5. Enrique dijo:

    @Fernando: El asunto del plato que se movió lo reproduje varias veces más bajo las mismas condiciones. Lo único que fue diferente fue el tipo de comida que puse sobre el plato. Cuando ya fue la tercera vez que me pasó lo mismo, ya ni le puse la menor importancia.

    Experiencias como estas las puede repetir cualquier persona. El hecho que sean repetibles y controlables es lo que establece algo como una realidad comprobable. Esa es la diferencia entre la ciencia y las creencias sin fundamento.

  6. Yo no creo en los fenómenos paranormales, pero tampoco creo en las explicaciones, me gustaría ver que reproduzca el asunto del plato que se movió, si sabe explicarlo, entonces podría reproducirlo.

    Sería muy interesante.

    Saludos

  7. Saludos Enrique, hasta hoy me entero de que estoy incluido entre los comentarios a Nancy (historias citadinas).

    Veo q ambos estamos en los extremos y q difícilmente se conciliarán nuestras visiones. No me interesa sacarte de tu escepticismo ni a mí darle razón a la ciencia.

    ¿Cacería de brujas? no más por favor, es el siglo 21 como bien decís, así que el mundo celeste debería coexistir junto al físico. No deseo volver a morir en la hoguera, jejeje.

    Q te diré… las charlatanerías esas fundamento q decís existen, y le pelan tu ciencia y también mis creencias. Aunque no la llegués a comprender seguiran por doquier.

    En fin, entre tus explicaciones y mis vivencias, me despido.

    Sin ánimo de echarle más leña al fuego… el VERDE.

  8. Nancy dijo:

    Como dije en mi blog, tu contaste la historia como científico. Yolo hubiera hecho de otra manera, dejando de último el asunto del agua y de la comida caliente. ¿Sabes? Me gustaría que algún día me escribas a mi correo electrónico pues se me ocurrió una idea que quisiera compartir contigo.

  9. litomd dijo:

    Creo que puede jugar un papel también la presión barométrica donde se efectúe el experimento, en Xela por ejemplo podría funcionar mejor que en Reu.

  10. Enrique dijo:

    Gracias, Gustavo, por el comentario, me sirve para aclarar dos detalles que olvidé. Es cierto, no metí el agua en el cálculo. No encontré una forma fácil de calcular cuánta agua puede quedar en la superficie del plato en forma de una película delgada.

    También olvidé mencionar el papel del agua. Tenía la idea de que podría actuar como sellador entre el plato y la mesa, haciendo efectivo el aumento de presión del aire. Esa es la hipótesis, pero no veo a priori que sea cierta. En todo caso habría que repetir el experimento con un plato seco. Si vuelvo a cocinar un día de estos les cuento que pasó.

  11. gordoponce dijo:

    Habria que incluir en el cálculo el hecho de que la tarnsformación de parte del agua a vapor «se gasta» una fracción de los 6.4J. No está claro en la explicación qué tiene que ver el agua; si sólo se trata de calentar el aire, un plato seco funcionaría igual.

    Otra cosa interesante es que esta explicación sugiere directamente una prueba experimental: si el plato está hecho de un buen aislante térmico, el fenómeno no se produciría, mientras que un plato metálico, como los que usaban para servir las mixtas en el Frankfurt, sería un buen patinador.

Deja un comentario