Remanentes: vestigios, embriones y mal diseño. Por qué la Evolución es verdadera. Capítulo 3

Llegamos al tercer capítulo del libro «Why Evolution is True». En realidad hay tanto que contar que se me hace difícil tener que dejar afuera cierta información. Pero en pro de la simplicidad aquí van algunas notas de lo relevante.

Vestigios

Existen aves con alas que no sirven para volar. Por ejemplo las avestruces, y los kiwis. Las alas de estas aves no cumplen su función original, son órganos remanentes. Lo mismo sucede con los pingüinos. Sus alas en realidad son aletas que comparten la misma estructura osea que las alas.

Un órgano es vestigial cuando ya no cumple con la función para la cuál evolucionó.

La razón evolutiva para las alas vestigiales puede ser la siguiente: Volar es una actividad que toma energía que bien puede ser utilizada en otras actividades como la reproducción. El vuelo es útil para escapar de los depredadores. Sin embargo, en las islas donde se han encontrado aves incapaces de volar, los depredadores son menos abundantes o la comida se encuentra fácilmente en el suelo. De esta forma, la facultad de volar no es crítica para la supervivencia y la selección natural desfavorece las aves que pueden volar.

En los humanos también hay rasgos vestigiales como el apéndice y el coxis. Éste último es una cola vestigial. El poder mover la orejas es otro de estos rasgos, ya que usa los mismos músculos que los gatos y caballos usan para mover sus orejas y localizar los sonidos. Los órganos vestigiales testifican el hecho que hemos evolucionado. Ninguno de estos órganos tiene sentido si asumimos que todas las especies fueron creadas por separado en lugar de haber evolucionado de antepasados comunes.

Personalmente, uno de los ejemplos más sorprendentes es el de las ballenas, quienes poseen pelvis y huesos de piernas. Un testimonio contundente que éstos mamíferos acuáticos descienden de animales terrestres que caminaban en cuatro patas. Recuerdo la primera vez que vi el esqueleto de una ballena en un museo. En la parte posterior, llegando a la cola, tenía dos pequeños huesos suspendidos por alambres. Esos huesos no están unidos al resto del esqueleto. Allí aprendí que esos dos huesitos son el remanente de la pelvis que los antepasados terrestres de las ballenas solían tener.

Atavismos

Algunas veces un organismo presenta el resurgimiento de alguna característica ancestral. Suele suceder que algunos bebés nacen con una pequeña cola. A esto se le conoce como atavismo. Lo que ésto nos dice es que en nuestros genes aún existe información de cómo hacer una cola. Los atavismos nos muestran que cuando una cierta característica ya no es usada, los genes que la producen no desaparecen del genoma, sino que son desactivados. De los 30 mil genes que tenemos los humanos, unos 2 mil son genes desactivados, también llamados pseudo genes.

Embriones

Desde los tiempos de Darwin, ya era sabido que el desarrollo embrionario de distintas especies presenta ciertas similitudes. Por ejemplo, tanto los embriones de tiburón como los humanos exhiben arcos branquiales. En los peces éstos se convierten en las branquias para respirar dentro del agua. En los humanos, estas estructuras dan origen a diferentes partes de la cabeza.

Otro ejemplo son los riñones. Antes de que nuestros riñones tomen su forma final, pasan por dos etapas en la cuales se parecen a los riñones de peces y reptiles. Cada etapa queda descartada por la siguiente.

La respuesta a estos procesos del desarrollo embrionario es que a medida que se dio la evolución, las especies heredaron el programa de desarrollo de sus ancestros. Muchas estructuras que aparecen después necesitan de ciertas claves bioquímicas que aparecen antes durante ese desarrollo. Esta secuencia también tiene sentido a la luz de la evolución. Los mamíferos presentan un sistema circulatorio parecido al de los reptiles, pero lo contrario no es cierto. Esto es debido a que los mamíferos evolucionaron de los reptiles y no viceversa.

Otro ejemplo más de evidencia embriológica de la evolución es el lanugo, una fina capa de bello que crece en alrededor del sexto mes en el feto humano la cual se desprende poco tiempo después. Dicha capa también aparece en otros primates, pero en su caso, se convierte en el pelo que recubre su cuerpo.

Toda la evidencia muestra que las especies no han sido diseñadas de forma inteligente. Existen órganos y cualidades que no sirven ningún propósito. Esa imperfección es la marca de la evolución. Ninguna de esas características tienen sentido si no es porque las especies actuales evolucionaron de antepasados comunes. Es la razón por la cual existe tanta similitud entre especies que aparentemente son muy diferentes.

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2 respuestas a Remanentes: vestigios, embriones y mal diseño. Por qué la Evolución es verdadera. Capítulo 3

  1. ESTUARDO dijo:

    Interesante lo de los genes desactivados en los organismos, actualmente se realiza investigación para reactivar las células del páncreas para que produzcan insulina y eliminar la diabetes.

    En animales como el murciélago las alas son extensiones de los huesos de los dedos de las patas, los cuales han alcanzado longitudes extraordinarias para poder formar las alas.

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